El diario digital Clarin ofreció hace pocos días una noticia agradable de leer, pues en una sociedad como esta, en la que parece que todo está descubierto y que pocos avances técnicos nos quedan por ver, los descubrimientos arqueológicos de cierta importancia como éste siempre resultan sorprendentes.
Parece ser que una nueva ciudad ha sido descubierta en la península del Yucatán(México). Este descubrimiento no es nada casual sino que es el fruto de diez años de duro trabajo e investigación de un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Arqueología e Historia de la ciudad de Mexico (INAH). La verdadera importancia de este descubrimiento es su carácter monumental y la antigüedad del mismo, ya que las primeras dataciones lo sitúan hace unos 2.300 años, con lo que sería incluso más antiguo que los yacimientos de Chichén Itza y Uxmal, en la misma península mexicana.
Esta nueva ciudad cuenta con construcciones que podrían darle un carácter de metropoli, como es el hecho de encontrar cerámicas de diferentes procedencias que atestiguan un intenso contacto comercial, así como un lugar donde celebrar los ceremoniales juegos de pelota.
De momento, el objeto cerámico de mayor importancia es un vaso circular realizado en pasta fina cuya procedencia aun no ha podido ser identificada, pero que representa al dios Itzamná, uno de los dioses más importantes dentro del panteón maya.
El descubrimiento de este vaso, si finalmente se relacionara con la fundación de la ciudad en las fechas propuestas, demostraría que la cultura maya en esa zona estaba mucho más asentada de lo que se pensaba y por supuesto, con mucha anterioridad en el tiempo, ya que las teorías propuestas señalan las primeras migraciones mayas desde el sur del actual país hace unos 1800 años.
Muy cerca de esta nueva ciudad están las ruinas de Chichen Itza, que significa en maya "boca del pozo de los itzaes". Los itzaes son un grupo maya conocido así por la región de la que provenían, al norte de Yucatán. Chichen Itzá fue la ciudad más poderosa de la península entre los años 550 y 900 D.C. Durante ese período el sitio alcanzó las proporciones y características urbanas que aún conserva. Como centro de poder económico, político y religioso.
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